B I O / P A B L O . G R I S S


I N T E R - V E N I R

Pablo Griss es un pintor-pintor, de aquellos que nace de la pintura, se revuelva en ella, vive para ella y por ella. Un pintor que sabe leer la pintura, la suya y la de otros y es capaz de sumergirse sin miedo en la trastienda en la cual se crean las imágenes, hilando muy fino. Igual que no le dan gato por liebre, él es consciente de lo que ofrece. Como él, hay pocos.

Pablo Griss nace en Caracas el año 1971. En 1990 se muda a Nueva York a la facultad de ingeniería de la Universidad de Columbia, estudios que deja por la escuela de arte visuales de la misma Universidad, en la que se licencia años más tarde. En el 2008 se muda a Panamá, ciudad en la que actualmente reside y trabaja.

En su etapa formativa Pablo Griss tuvo como maestro y profesor a Peter Halley, figura clave de la abstracción y pionero del estilo Neo-geo. Como venezolano, también ha heredado del cinetismo venezolano (Soto y Cruz-diez), sin dejar atrás toda la abstracción europea y americana. En todo caso, como buen amante de la pintura, las raíces de Pablo Griss, se hunden en un poliedro de influencias de la historia del arte occidental, difícilmente identificables. Sin duda, es un pintor investigador que no teme nutrirse de la historia de la pintura y, a la vez, deposita en ella su eficaz relectura, nutrida de una viveza inusual en estos tiempos anestesiados.

En su última serie de obras, que certeramente ha titulado “Intervention”, Pablo Griss explora los límites de esta disciplina, creando espacios tan concretos en su forma como ambiguos en su contenido. Ha dejado atrás el rastro expresivo característico de su anterior producción para adentrarse en nuevos retos menos autocomplacientes. Como todo artista que busca, se reconoce en el flujo de la vida y no tiene miedo a investigar y a indagar en nuevos y desconocidos territorios. Es así como ha llegado a crear un cuerpo de trabajo sin concesiones a la anécdota, una pintura que habla de los terrenos fronterizos de la conciencia humana, del lugar en el que explota la realidad y se desdibuja para dejar paso a otras dimensiones menos comprensibles y cómodas.

Los colores antagónicos, cálidos y fríos, de una paleta “clásica” se entremezclan con los tonos ácidos que remiten al mundo digital o tecnológico, así como a la psicodelia o a la publicidad. Pero hay que señalar que el uso de esta tonalidad artificial no es de por sí un reclamo efectista de herencia pop ya que suele quedar bien contrarestada y compensada en estas pinturas por unas combinatoria cromáticas más complejas. De ahí el uso de tonalidades neutras, compuestas fundamentalmente por el gris, el blanco o el negro o por el uso del lino crudo en las bases de algunos cuadros. Esto se debe fundamentalmente a que el pintor parte del contraste como eje para estas obras, ofreciendo siempre un elemento de sorpresa en la interacción viva del color en el mismo proceso de creación de su pintura. Es como si no se diera lugar, durante la gestación de la obra, a planificar de antemano el resultado final. Como si la complejidad de la estructura y la interacción de los colores que intervienen se fuera articulando sobre la marcha, en una suerte de danza intuitiva y mágica.

“Intervention” es literalmente una intervención premeditada en la historia de la pintura geométrica. Una intervención con y sin permiso, a la vez. Con permiso, porque está realizada conscientemente y con respeto hacia las raíces mismas en las que esta pintura se asienta. Una intervención sin permiso porque, se permite meter la cuchara en un terreno supuestamente cerrado y clausurado por unos pocos artistas. Es tomar testigo de algo y, a su vez, tomar impulso hacia otro destino. Es respetar al padre y matar al padre a la vez.

Abstractos tomados de Escrito de Matías Krahn

Pintor / Doctor en Bellas Artes, Facultad de Bellas Artes, Universidad de Barcelona. España.